Quinta Prisión: Guarida de los Setan

- Preferiría la cama - dijo entonces con una leve sonrisa. Estaba completamente agotada y aun así sus sentidos estaba completamente a flor de piel, alerta todo el tiempo... No era de extrañarse después de todo se encontraba en un lugar que no conocía pero que le agradaba en su totalidad. Sus ojos no se despegaron de Mayhem, sin duda alguna estaba esperando a que la mujer comenzará a caminar para seguirle.

-De acuerdo-Dijo la chica mientras se levantaba. Miró a Malía, esperando que la siguiera. Realmente no era un lugar muy grande pero la acompañaría a su habitación como cortesía. Cuando llegó a la puerta, hizo un pequeño ademán con la mano, indicándole que podía entrar-Te veré mañana a primera hora, espero que duermas bien

Se levanto a la par que lo hacia la mujer y la siguió en silencio hasta la puerta que pertenecía a su habitación.

- Muchas gracias - dijo entonces - tu también duerme bien - le dijo antes de empujar la puerta y entrar a su habitación. Lo primero que hizo fue examinarla por completo antes de ir a su baúl y sacar de allí una roca blanca con algunas manchas de color ámbar. La tomo entre sus manos por un momento antes de colocarla en una pizarra que había allí. Después se dirigió a la cama y de recostó mirando al techo, tardo mucho para poder irse s dormir.

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Sin duda alguna esa había sido una pesadilla de la cual le fue difícil despertar, pero no bien lo hizo se dio cuenta que estaba a media fase de transformación. Soltó él aire en un bufido mas se quedo en la misma posición, solo que siendo una humana completamente. Aun no iba a levantarse no sabia que hora era, y a demás no escuchaba ningún ruido en la pequeña casa.

En la habitación contigua se escuchaban dos voces, ambas con matices muy distintos. Eran muy tenues, susurrantes, y hablaban un idioma desconocido. Aún no había amanecido, deberían ser aproximadamente las 4 de la mañana, pero nadie podría saberlo a ciencia cierta, al fin y al cabo, no existía más reloj en el Infierno que el de Giudecca.

Cuando escucho ruido se levanto de la cama y fue directamente al baúl, cuando lo abrió lo único que veía eran vestidos, algo que aborrecía usar pero que era reglamentario, después de todo era una mujer y sobre todo de la realeza. Se quedo parada mirando al interior por un momento hasta que una sonrisa se poso en sus labios, tal vez aquel pensamiento que le cruzo por la cabeza se podí hacer realidad. Se puso uno de los vestidos (él menos ostentoso que pudo encontrar ) y salio de la habitación.
- Mayhem... - hablo entonces mirando aún su ropa mas cuando alzo la mrada vio que no estaba sola. Se quedó quieta y miro al otro ser que estaba en la estancia - buenos días - dijo entonces, aunque no sabia con exactitud si lo era.

-Buenas, Malía-Respondió la voz del Segundo al Mando, tumbado en la cama al lado de Mayhem, acariciándole el cabello como si fuera lo más normal del mundo. 
Apenas escuchó su nombre, la mujer apenas se incorporó, quedando sentada en el colchón, cubriendo su desnudez con la sábana. Si bien no sentía pudor alguno, sabía que a su invitada posiblemente le incomodaría. Lo primero que hizo fue fruncir el ceño, un poco por la hora que era y otro poco por la vestimenta de Malía.
-Definitivamente eso no te servirá si estas de visita en el Infierno-Dijo el Cuervo mirándola de pies a cabeza, omitiendo de manera olímpica la razón por la cual pudo haber estado ahí a esas horas-Tendrás que cambiarte a algo más cómodo... y que te agrade más-Alzó la ceja, dándose cuenta enseguida que la Hodnê no se sentía por completo a gusto con aquél vestido-Te prestaré algo...
-¿Necesitabas algo?-Preguntó Opeth entonces, redirigiendo la conversación.

- Lo... Perdón - dijo entonces, no pensaba que la mujer podía estar acompañada y se había olvidado de sus modales al haber entrado sin antes tocar. Sentía como sus mejillas ardían, estaba completamente avergonzada por sus actos pero, por alguna extraña razón, no por lo que había visto. Mas al parecer poco duro ya que cuando escucho a Mayhem hablar omitio la escena que tenia en frente. Bufón, si aquello que vestía le incomodaba en lo absoluto, se hundió de hombros y respondió: - son mis únicas prendas - le dijo entonces mientras tomaba él vestido con sus manos - y este es él menos ostentoso que pude encontrar. En el baúl lo único que tengo son trapos como estos. - culmino y cuando escucho lo siguiente que dijo la mujer asintió - estaré... Estaré en la habitación - fue lo ultimo que dijo antes de mirar al segundo al mando e inclinar levemente como una despedida.

-Has asustado a nuestra invitada-Alzó la ceja Opeth, mientras se incorporaba junto con Mayhem. Ella no dijo nada, solo rodó los ojos y rió, dándole un codazo al hombre.-Te veré luego-Le dijo, para después darle una mordida en el cuello y desaparecer por completo. 
La muchacha, sola de nuevo, se vistió rápidamente y caminó hacia la habitación contigua, y tocó la puerta. Tenía unas prendas, esperando que a Malía le gustara alguna.

La joven le abrió la puerta y se hizo a un lado para que Mayhem pasara. Una vez lo hizo se volteo para mirarla un tanto apenada por lo que había hecho.
- Lo lamento - dijo entonces y la miro a los ojos.

La chica alzó los hombros sin preocuparse ni un poco, al fin y al cabo entre ella y sus compañeros no existía tal cosa llamada vergüenza.
-Aquí encontré algunas cosas con las que te podrías vestir-Le dijo tendiéndole la ropa muy al estilo suyo, bastante informales-Si te gusta alguna úsala, y no te apures, saldremos en unas pocas horas

Al ver la postura de Mayhem se olvido, o por lo menos lo intentó, de lo anterior sucedido, dejandolo en segundo o tal vez tercer plano. Miro ahora las ropas que la Setan le había llevado y las tomo entre sus brazos antes de dejarlas en la cama. Las observo por un momento y después volvió su mirada a Mayhem.
-Muchas gracias - dijo entonces con real alegría, por fin iba a poder deshacerse de los vestidos, aunque claro si fuera por ella no usaría nada y se mantendría en su forma felina, pero no podía. Después de un momento se deshizo de su vestido y eligió lo que parecía ser un pantalón ajustado de color negro y una musculosa blanca ¿calzarse? no lo hizo, le incomodaba tener sus pies prisioneros en algo. - ¿Y bien? ¿luzco como... mm esto... alguien normal? - le preguntó a la Demonio.

-Luces en perfecta postura para recorrer el Infierno-Le dijo con total sinceridad, a pesar de que la frase pudiera sonar para cualquier tipo de situación desfavorable, esta vez era en forma totalmente literal, harían una excursión al Inframundo, así que ambas debían ir lo más cómodas posible, tendrían que saltar obstáculos, correr, mantener el equilibrio... en fin, la lista era larga.-¿Quieres desayunar?-Preguntó entonces, dándose cuenta que ya amanecía.

Malía apenas sonrió de costado ante lo que Mayhem le había dicho, entonces sintió un vacío en su estomago, un vacío al que no había prestado atención hasta que la Setan pronuncio la palabra desayuno.

- Si - le contesto entonces tranquila antes de ir al baúl y sacar de allí un collar que consistía en un cordel y una piedra color de color lila muy pálido.

Quien sabía de donde surgieron dos platos con la comida del día anterior en la alfombra de la sala de estar de Mayhem. Tenían una gran variedad de alimentos quizá algo pesados para tratarse de un simple desayuno, sin embargo sería un día pesado y quien sabía si daría tiempo de almorzar. Algunos tajos de carne, pan de centeno, verduras... de todo un poco, y, al lado, una jarra con jugo de frutos rojos. 
-Adelante-Le dijo la chica antes de sentarse.

Malia tomo asiento mirando a comida, casi parecía que la devoraba con la mirada. Cuando Mayhem le dio la orden de se podía comenzar a comer ella se sirvió en un plato únicamente carne mientras que en su vaso se sirvió aquel jugo, miro a la Setan para que le acercara su vaso y así servirle a ella también.

Mayhem comió con parsimonia, de vez en cuando dándole trozos pequeños de carne a Valtiherre, que los devoraba encantado. No habló, más bien estaba pensando, pero aceptó con educación y una sonrisa el favor de su invitada. Dio un largo trago.
-¿Qué quieres hacer hoy?-Preguntó después de un bocado.

Después de servirle la bebida Malia se concentro únicamente en la comida. Con tranquilidad se fue acabando lo que había en su plato hasta que término, tomo hasta acabar su bebida y miro a Mayhem cuando le hablo.
- Seguramente hay muchas cosas que de pueden hacer aquí, pero por él momento me gustaría conocer él Infierno -

-Está claro que conocerás el Infierno, amiga mía-Comentó Mayhem como si fuera lo más obvio del mundo-Me refería a que te gustaría conocer primero. Es un lugar muy grande, y algunas zonas están prohibidas. Cuando yo llegué aquí, pasé seis meses recorriéndolo y no lo terminé-Alzó los hombros, preguntándose si el Aqueronte tendría final.

- Lo que mejor creas que es prioridad para conocer - dijo entonces. La verdad es que no sabía que responder, quería conocer todo lo que estuviera a su alcance pero tampoco es que se conocía los nombre del lugar. Tal vez si se los mencionaba ella elegiría él que mas le.llamara la atención para visitar en primer lugar.

-Podemos ir en orden entonces-Sugirió después de unos minutos de pensar-Las prisiones están enumeradas del 1 al 9, y dependiendo del pecado de los condenados, se los manda ahí. Si quieres podemos ver las puertas del Infierno primeramente y luego proseguir de la primera a la última, o como tu prefieras-Continuó, acabando su desayuno.

Aquello le llamo la atención ¿priciones? Y... ¿habian condenados? Vaya que esto iba a ser interesante. Sonrió de lado con tan solo pensarlo y luego asintió a las palabras de Mayhem.
- Me parece perfecto. Vamos a las Puertas del Infierno -

Mayhem no pudo evitar reír ante lo que la muchacha había dicho.
-Eres la primera persona que dice que le parece perfecto ir a las puertas del Infierno. Fue demasiado natural-Dijo sin poder dejar de reírse, la inmensa mayoría de los seres que se encontraban en aquél lugar no pertenecían ahí, sino que eran condenados, y ciertamente a nadie le parecía buena idea traspasar aquella barrera.
Acto seguido, la Setan se levantó y se acomodó un poco la ropa, y, con un chasquido, los platos sucios desaparecieron, quien sabe a donde iban.
-Cuando estés lista-Le dijo con una sonrisa

Frunció el ceño algo confusa, no sabía que había dicho pero pronto su duda se disipó cuando Mayhem habló. Sonrió de lado y se paró después de unos minutos.
- Soy algo curiosa - dijo entonces como si nada, aquella parte lo tenía todo Ardar y era sin duda alguna la sangre felina que se lo aportaba. Giró su cabeza haciendo que sus huesos truenen antes de estirar los brazos hacia delante y hacer fuerza hacia atrás para que sus hombros sonaras y como no, después de aquello puso sus manos a los costados de su cuerpo en forma de jarra y metió la espalda hacia dentro para que ésta le sonara, obviamente se estaba desperezando. - Listo - dijo entonces acercándose a quien sería su guía.