Quinta Prisión: Guarida de los Setan

Mayhem apenas sonrió.
-Claro, eres inconfundible. Beltza me habló mucho de ti-Comentó sin darle mucha importancia a lo que acababa de decir-Me llamo Mayhem. ¿Qué trae a una pequeña Crisvector al Infierno?

Sin mucho más en su joven mente, Alecia se aferraba a su nueva meta.
-Vine a jugar contigo... - le respondió sin pensarlo, y aunque la verdad era que se había topado con Mayhem por casualidad, ahora quería intentar el juego del que ella le había hablado.

La mujer alzó una ceja, realmente interesada por la pequeña niña que estaba a su lado.
-Jugar aquí es... peligroso-Susurró, viendo atentamente el acantilado que se encontraba justo a su lado, donde la lava ardía sin descanso. Nadie podría sobrevivir a una caída de ese tipo, nadie, excepto dos personas.

La niña río divertida, no por lo que Mayhem le acababa de decir, sino por algo que había escuchado de otra fuente... sujetó con ambos brazos a su oso.
-Él nos cuida, no nos dejará caer. - dijo antes de volver a reír ante los comentarios del demonio al que abrazaba.

La sonrisa ahora sí que era ancha. Entonces Mayhem al fin visualizó bien al muñeco, parecía tan inanimado como cualquier oso de peluche, y sin embargo cualquiera que tuviera dos dedos de frente sabría que definitivamente no era así, el aura que emitía era pesada y espectral. Era una lástima que la mayoría de las criaturas no tuvieran la característica anteriormente mencionada.
-Se lo agradezco mucho, señor-Dijo el Primer Cuervo dirigiéndose directamente al peluche.-Espero que sea tan rápido como para atraparnos a ambas
En ese momento un ave se posó en el hombro de la mujer, un cuervo inmenso de plumas negras y brillantes, que miraba con unos ojos anormalmente rojos a Alecia.

Alecia guardó silencio por unos segundos para finalmente extender los brazos y acercar a Tibbers un poco más a la Setan, como queriendo que ella lo escuchara.
>>Usted, como poca gente, es amable con mi niña... yo le agradezco a usted.<< Su voz sonó como un viejo caldero hirviendo, como si las llamas rugieran de ira, sin embargo, y como siempre, Alecia escuchaba una dulce voz protectora. Mientras Tibbers se comunicaba con la mujer, la pequeña miraba fascinada al cuervo.

-No me tiene que agradecer nada-Le dijo al oso-Es mi deber moral como Setan cuidar a mi hermana Crisvector. Si alguna vez, aunque sea una rata se atreve a tocarla a ella o a mis otros hermanos, tanto yo como mi clan entero los destrozaría sin pensarlo ni un segundo. Así de simple
-Simple, simple-Graznó el cuervo, sin dejar de ver a Alecia.
-Su nombre es Valtiherre-Habló la chica ahora dirigiéndose a la pequeña Crisvector-Es mi compañero. ¿Quieres sostenerlo en tu mano?-Le ofreció
-Guardián, guardián-Volvió a chillar el ave.

La Crisvector sonrió por las palabras de Mayhem, y en su cabeza se sintió que su oso también sonreía aunque éste no dijo nada más. Alecia se distrajo cuando escuchó al ave hablar aunque fueran un par de palabras, sintiéndose más sorprendida y feliz de estar ahí.
-Habla... - dijo en tono tierno y de sorpresa con su distintiva sonrisa.

-Habla, habla-Repitió el cuervo la última frase de la niña, mientras batía las alas.
-Y... ¿Qué hay?-Preguntó la mujer después de un rato de silencio, poco acostumbrada a interactuar con personas, y aún menos con alguien de la edad de Alecia.

Ella miró al cuervo fijamente por un rato más antes de contestarle a Mayhem.
-¿Qué haces aquí? - dijo después de una pausa en la que pensó una respuesta real, pero se olvidó de eso cuando la curiosidad golpeó sus pensamientos.

En menos de un parpadeo, las sombras ya habían llegado al lugar, en la entrada de la Quinta Prisión. Desde donde se encontraban había una hermosa y terrorífica vista panorámica del paisaje, con las paredes siendo iluminadas por el resplandor del río de lava ardiente. Al menos quince casas pequeñas de madera se podían divisar, todas totalmente diferentes entre sí, con el toque personal del propietario que la había construido. En algún punto de la izquierda se encontraba un lugar vacío, chamuscado, donde había estado la vivienda de Madara, incendiada al momento de su muerte. El clon de Hiroki había desaparecido.
-Bienvenida a nuestro hogar-Se volvió Antares hacia la invitada, jugando con Seelen entre sus manos, como si fuera lo más normal del mundo vivir en un lugar como ese-Por desgracia no tenemos habitación para huéspedes, así que tendrás que compartir la vivienda con alguien
-Será conmigo-Se adelantó Mayhem, caminando hasta quedar junto a Malía-Si no, corres el riesgo de que estos chicos malos invadan tu espacio personal-Alzó la ceja. Era más que obvio que estaba de broma, la Primer Cuervo hubiera podido dormir junto a cualquiera de sus compañeros sin temer ni un poco por su privacidad, sin embargo supuso que la Hôdne podía sentirse incómoda al pasar su primera noche como invitada al lado de algún hombre. A mi no me molestaría, pensó la súcubo, al fin y al cabo, era su naturaleza.

Era lógico que se sintiera así: tan mareada y atontada, después de todo era la primera vez que viajaba de esa forma y ya quería intentarlo de nuevo. Una vez su descompostura paso la Hodnê se frotó los ojos para después abrirlos y observar el lugar, estos se abrieron de par en par  como.también sus labios; nunca antes había estado en un lugar asi penso entonces aun observando el lugar con detenimiento, inclusive las casas y aquel lugar vacío.
Miro a Antares cuando este le empezó a hablar mas no respondió, miro a cada uno de los integrantes: no conocía a ninguno aunque no le daba mucha vergüenza tener que convivir con un hombre desconocido, aun así no sabia que responde. Fue cuando apareció Mayhem de la nada respondiendo la pregunta que Antares le había hecho a ella que Malia alzo nuevamente la cabeza para mirar a la Súcubo que ya se encontraba a su lado. Le sonrió de costado antes de soltar una baja risa ante las palabras que ella había dicho.
- Me quedare con ella señor - le respondió entonces.

Mayhem se despidió de todos sus demás compañeros, que igualmente ya estaban a punto de dirigirse a sus propias viviendas. Antes de separarse por completo, llegó hasta a Opeth y le rasguñó levemente el hombro. Ella le dijo algo al demonio en Nerghal que hizo que este sonriera de lado.
-Acompáñame-Le dijo la Setan a su invitada.-Espero que sepas saltar, tendremos que pasar algunas rocas-Para bien o para mal, Mayhem había elegido como lugar para asentar su casa uno de los puntos más alejados de la Prisión. La única vivienda que estaba más inaccesible era la de Folter, el cual no tenía problema alguno saltando y escalando hasta llegar a lo más alto del precipicio.

Malía siguio mirando el lugar con sus ojos desorbitados, era algo genial no podía creer que lugares como ese en verdad existieran. No se detuvo a mirar como el resto de los demonios se iban yendo, tan solo salió de su trance cuando Mayhem le habló. La miró y asintió mientras empezaba a caminar, cuando paso al lado del Segundo al Mando susurró un hasta luego para después dar pasos largo así alcanzar a la mujer.
- No serán gran obstáculo - le dijo entonces mientras miraba al frente. Había vivido sola durante varios años, sus habilidades estaban demasiado desarrolladas para ser un Ardar.

-Pues andando-Sonrió la mujer mientras extendía dos alas negras brillantes que asemejaban mucho a las de un cuervo. Solo utilizó su segundo par, únicamente en situaciones extremas extendía las seis que ocultaba en todo su esplendor, en ese momento por supuesto no era necesario. 
Se agazapó un poco, tomando el impulso necesario, y saltó, usando las alas únicamente para permitirle planear mejor. Hizo lo mismo con cinco salientes de roca, hasta llegar a su vivienda, una pequeña casa de ébano negro. Mayhem se volvió, esperando a la invitada.

Quedo impactada al ver que de la espalda de la demonio empezaban a surguir unas inmensas alas negras. Quería tocarlas, sentir bajo las yemas de sus dedos la textura de aquellas inmensas y azabaches plumas, pero no lo hizo. Enarco repentinamente una ceja al ver que Mayhem se agazapaba pero después alzo ambas nuevamente sorprendida como esta planeaba entre las rocas hasta llegar a una casa negra.
'Mi turno' pensó entonces mientras se estiraba haciendo sonar cada hueso de su cuerpo. Dio un paso para atrás y con es bastó para emprender una veloz carrera sorteando obstáculos y trepando inmensas rocas para después saltar a otra. Fue entonces cuando todo mas velocidad y corrió hasta llegar a la cima de una de una de las rocas y desde ahí dar un gran salto para clavar sus garras en la otra y escalar hasta llegar a donde estaba Mayhem.
Tomo aire a bocanadas tratando de tranquilizar su ritmo cardiaco. Después de unos minutos se volvió a estabilizar y miro la casa negra.

Mayhem quedó gratamente impresionada con los saltos que daba la muchacha, sin duda alguna había sido una muestra de sus habilidades que no se veía todos los días. 
-Increíble-Fue lo único que dijo antes de tocar la puerta, la cual no tenía picaporte, y que esta se abriera-Es un poco pequeña, pero es mi hogar. Bienvenida, Malía
La casa apenas contaba con un vestíbulo, dos habitaciones y un baño, sin duda alguna no era algo que se esperara para la élite del Infierno, y sin embargo los Setan eran bastante conocidos por su sencillez y poco recato a la hora de vivir, el único que era la excepción era Elphias Diederich, quien había tallado con sus propias manos una casa bastante más grande en una de las paredes.
El vestíbulo estaba casi vacío, a excepción de una alfombra rojo vino y dos cojines, así como un estante con libros y algunas botellas con líquidos de colores extravagantes. Sin embargo lo más llamativo era un poste de metal hermosamente tallado a mano en forma de "T", donde en ese momento descansaba un cuervo negro de dimensiones descomunales, el cual abrió los ojos rojos y graznó al verlas. "¡Malía!" dijo con una gutural voz.
-Este es Valtiherre, mi compañero-Presentó al animal, acariciándole las plumas-La de ahí será tu habitación-Le señaló la de la izquierda-Este es el baño, hay una tina y agua caliente.

La pequeña Hodnê no dijo nada al respecto cuando Mayhem acoto positivamente sobre la forma en la cual ella había logrado llegar a la pequeña casa. Recién reacciono cuando su compañera empujó la puerta y le comento de las dimensiones de esta.
- No te preocupes, viví casi toda mi vida en una cueva - le contó por lo que no tuvo que parecerle sorpresa cuando Malia sonrió gratamente al ver la comodidad del lugar. No, no era nada parecido a la casa donde ella vivía y aun así le parecía mil veces mejor la de Mayhem. - Es muy... Acjedora- le dijo sin mirarla ya que sus ojos estaban pendiente del lugar. Fue entonces cuando vio al inmenso animal que su curiosidad la inundó haciendo que caminara hacia el gran cuervo sin miedo alguno, lo examinó completamente antes de sonreirle, no hacia falta presentarse: el animal ya sabia su nombre.

-Yo igual, no tantos años, pero sí al menos una buena parte de mi vida-Recordó aquella faceta tan difícil de su entrenamiento.
-Vida, vida-Recitó el cuervo apenas terminó de hablar Mayhem, picoteando su mano de forma cariñosa, casi exigiendo la atención de su compañera.
-Gracias-Sonrió un poco, algo no muy propio de ella debido a su mal humor. Aún así miró de forma escéptica a Malía, muchos visitantes estaban acostumbrados al lujo y mansiones, mientras que los Setan simplemente se conformaban con tener un espacio en el cual dormir. Alguna vez un invitado había reprochado de la modestia de las viviendas, y Mayhem, junto con Durza, lo habían enviado a dormir al templo de Hades. Él no estaba autorizado para entrar, y, sin la compañía de alguien que si lo estuviera, la edificación actuó por sí misma en defensa propia y el pobre hombre no lo había contado. El par se divirtió unas horas, al menos hasta lo que les deparó que Opeth se enterara de aquello. A partir de ese momento jamás enviaron a ningún invitado con El Primer Cuervo ni con El Viajero para que fueran anfitriones. Al menos hasta ese momento.

La joven seguía mirando el lugar con total tranquilidad, paseándose por la pequeña sala de vez en cuando. Después de una minutos se acerco a Mayhem y se planto al lado de ella para examinar nuevamente al cuervo.
- ¿Que suelen hacer ustedes los Setan? - le pregunto entonces mientras aun miraba al cuervo, después de unos minutos paso su mirada a Mayhem esperando su respuesta.

-Setan-Coreó el animal mientras observaba con sus inteligentes ojos rojos a la invitada. Mayhem, que se había ya cansado de tener a un inmenso cuervo de 4 kilos únicamente en su muñeca, hizo un movimiento de mano para que Valtiherre ascendiera, hasta llegar a su hombro derecho, donde picoteó del mismo modo la oreja. Parecía doloroso, pero lo cierto era que el cuervo hacía estado con ella toda su vida, así que estaba acostumbrada y prácticamente desensibilizada ante los "cariños" de su compañero.
-Depende mucho de la temporada en la que estemos-Contestó con simpleza, mientras se sentaba en la alfombra. Hizo un ademán hacia Malía, invitándola a que se acomodara-Muchas veces estamos dispersos, haciendo alguna que otra misión que nos encomiendan, de reconocimiento, sondeo, a veces necesitamos interrogar o exterminar a alguien... o simplemente haciendo la labor que nos es encomendada por nuestra raza, aunque el contacto con los humanos para incitarlos al pecado es más propio de los Ladrones de Almas-Alzó los hombros, el cuervo graznó a modo de protesta-No siempre nos reunimos, a menos que se nos encomiende alguna tarea en parejas... o que haya una situación realmente importante-Bajó la voz al pronunciar la última frase, obviando que se refería a las Guerras Santas, un tema que definitivamente no le gustaba tocar-¿Y que hay de tu clan? Cuéntame un poco de ellos

Mientras Mayhem comenzaba a hablar ella empezó a descender hasta tocar él suelo y sentarse quedando frente a la mujer. En ningún momento le quito los ojos de encima, estaba atenta escuchando y grabando en su memoria lo que podía. Una vez que la Setan termino Malia miro al techo, pensando que decir ya que la mujer le había hecho una pregunta.
- Pues mi clan a diferencia de muchos otros son de sangre felina - comenzó entonces. Esta vez descendió la mirada para volverla a Mayhem - nuestros Ancestros provienen de otra dimensión, si mal no lo recuerdo era de una en donde predomina un Clan de dragones. Si si, es raro ¿como puede ser que seamos felinos si provenimos de una dimensión donde está él clan dragonico? Pues es fácil, antes nuestros ancestros (que son cinco) no eran mas que simples mortales; Humanos... Cuatro eran esclavos h una era de las mas buscadas en aquella dimensión. Bueno a ellos los magos carmesí los usaron de experimento e inyectaron en su sangre ADN felino, pero vieron que la sangre esa no tuvo él mismo efecto que en otros esclavos. Veras, por lo general cuando hacían eso obtenían Rakshasas: bestias bípedas que combinaban tanto rasgos humanos como felinos. Pero no en ellos... Ellos podían ser tan humanos como querían y pasar a ser felinos en un abrir y cerrar de ojos. - la muchacha paro por un momento para tomar aire. Después de un minuto largo prosiguió - Fue gracias a esa habilidad que pudieron escapar y la Diosa de la dimensión los mando a la la nuestra. - esa, sin duda alguna, había sido la forma mas resumida de contar la historia de su Clan, lamentablemente ahí no quedaba... Había mas , como por ejemplo los distintos lideres que tuvo, como paso de ser una especie de grupo a un gran imperio, él por que surgieron las distintas tribus... Pero no iba a contarlo todo, no quería agobiar a Mayhem y además prefería que ella le preguntara sobre él tema antes de sacarlo ella como si nada.

Mayhem escuchó con atención las palabras de su invitada. Si bien había una biblioteca gigantesca en el Infierno, la muchacha rara vez se acercaba, dándose cuenta con frustración que quizá mil vidas no le bastarían para devorar los tomos que ahí existían. Prefería aprender del relato hablado. 
-Interesante. A Chrono le encantaban los felinos-Suspiró con melancolía. Enseguida se sintió atraída por el clan de Malía, si había algo que le fascinara era coleccionar información acerca de varias estirpes, quizá porque la propia no era conocida más allá de la dimensión humana donde habitaba, donde no pasaban de brujos o hechiceros sin tener en cuenta su origen sobrenatural. Los Messiah eran reservados, taimados y desconfiados, su único contacto era con el clan italiano Vollmond, y todo gracias a la estrecha amistad de su hermano menor, Audumn, con el alfa de dicha familia.

Iba a preguntar a quien se estaba refiriendo pero aquel suspiro que siguió al nombre le dio luz roja para frenar. Cerro su boca y miro por un momento al suelo antes de volver su mirada al cuervo que al parecer aun le seguía picoteando.

- ¿No te duele? - pregunto entonces, tal vez para cambiar de tema o por simple curiosidad.

-¡Dolor!-Graznó Valtiherre, y en ese momento fue el primer atisbo de molestia que pudo haber tenido la mujer, debido a que el cuervo estaba justo en su oído.
-Tantos años después ya me he acostumbrado-Gruñó un poco, frunciendo un poco el ceño. Si se era buen observador podría verse fácilmente varios rasguños en el cuerpo de Mayhem, producto de las pequeñas garras y los picoteos de su compañero-Bueno, Malía, la noche es corta y mañana será un día muy largo-Dio un bostezo-Creo que me retiraré a dormir. Si gustas tengo unos pocos libros, o bien puedes ir directo a la cama, como desees. 
Sacudió el hombro, y el animal planeó hasta su poste.