Madara Qíang Setan

Maestro: Lotus DumSpiro y Thanatos Velvet

Subordinados: Los diversos minotauros que habitan el área que él protegía

Puesto que ocupaba: Guardián del Laberinto Eterno

Habilidades: Primero que nada, hay que recalcar que debido a que es mitad inferi, Madara no pudo recuperar todas sus habilidades por completo, como en la época en la que estuvo en su esplendor. Por esta misma razón, Madara prefiere pelear mas que nada cuerpo a cuerpo, ya que su condición y habilidades físicas no se vieron afectadas por la transformación que lo convirtió en mitad inferi y mitad demonio.
En este ámbito, Madara es un experto total en las artes marciales orientales, usándolas sin ninguna preferencia aparente y combinándolas según lo necesite. Igualmente es un maestro total en el dominio de la katana, la cual es su arma principal. La katana de Madara mide aproximadamente un metro, medida que supera a la estándar. Esta arma no solamente tiene un filo abrumador, sino que, además, está envenenada con una sustancia poderosísima que mata aproximadamente en diez minutos. Por eso muchas veces el objetivo del estilo de pelea que utiliza Madara no es herir de muerte, sino ocasionar aunque sea un pequeño corte. Por último, Madara es capaz de incendiar la hoja el tiempo que quiera y pelear de esa forma cuanto lo requiera.
Pasando a sus poderes, el que mas utiliza es el que adquirió al volverse un demonio. Debido a que es un Cadejo, es decir, un demonio perro, puede convertirse en dicho animal a su antojo. Pero no es un perro cualquiera, es negro de ojos rojos, con la complexión parecida a la de un doberman pero con la musculatura de un rottweiler. Este perro es de dimensiones descomunales, llegando a medir 1.70 hasta la cruz y 2 metros desde la nariz hasta la punta de la cola. Esta forma le permite aumentar considerablemente su fuerza y velocidad, además de contar con una mordida muy poderosa.
Por último, la única habilidad que Madara aun conserva, es una técnica que no es aprendida, sino heredada. Todos los miembros de la familia Qíang la poseen y dominan de nacimiento sin conocimientos previos. Se trata de la Armadura Sagrada.
Como su nombre lo indica, es básicamente una enorme armadura de energía, creada con el elemento base del usuario, el cual se separa del cuerpo y forma a su alrededor una figura humanoide parecida a un guerrero que rodea al usuario, copiando todos sus movimientos y técnicas a gran escala. Cabe resaltar que la agilidad y fuerza de la armadura depende de la misma del usuario.
Esta no solamente sirve de forma ofensiva, sino que también defensiva, ya que es casi imposible penetrarla con ataques o técnicas convencionales. Como todo, tiene un punto débil, sin embargo es casi imposible de encontrar. La armadura de Madara es de oscuridad.

Nació, se crió y entrenó en la manada de los Andes de donde son originarios Hiroki, Nikki y Jericho, siendo todos amigos.
A pesar de ser el heredero al puesto de alfa, decidió dimitir de este y viajar por el mundo junto con Xenuq, su hermano menor. Durante su viaje se encontraron con una loba llamada Raven, la cual fue pareja de Madara un tiempo, hasta que se separaron por razones desconocidas.
Al llegar a un bosque en la frontera de la Patagonia, decidió fundar su manada, a la que llamó Seishin Okami. Ahí se hizo pareja de una loba llamada Allie, la cual es la madre de sus cuatro primeros hijos, Pearl, Tsume, Toboe y Artax -este último es adoptado-. Sin embargo, se separó de ella.
Cuando sus hijos crecieron, se dio cuenta de el poder que en realidad tenía, por lo cual decidió buscar a una hembra igual de poderosa. Así conoció a Ellena, una loba a la cual se unió con el único propósito de tener descendencia. Así nacieron Ishtar, Brahma, Vishnu y Shiva. Madara enseguida notó un potencial inimaginable en Ishtar, por lo cual decidió "dárselo" a un viejo chaman para que lo entrenase.
Su reinado como alfa fue largo y pacífico, teniendo a su lado nuevamente a dos de sus colegas más cercanos: Hiroki y Nikki.
Entonces, mucho tiempo después, un día, su hijo mayor, Brahma, puso fin al reinado de sus padres, asesinándolos. El lobo arrasó con todo, se cobró igualmente las vidas de básicamente todos los adultos, dejando vivos únicamente a sus hermanos menores y primos.
Madara llegó al infierno y vagó por muchísimo tiempo ahí, sin embargo, cuando su compañero Hiroki bajó debido a sus mandatos con el clan Setan, decidió ayudarlo y liberarlo de su destino, persuadiendo a su maestro de dejarlo unirse al clan. Fue así como Madara se volvió mitad demonio. El era el único usuario conocido de la Armadura Sagrada, puesto que se desconoce el paradero de los demás Qíang.

Madara vio su fin en su primera y única batalla durante la Cuarta Guerra Santa, donde, junto con Hiroki, se enfrentó a Ramiel -el Segundo Ángel- en una pradera bastante extensa. Durante la disputa, Ramiel le lanzó diversos ataques para distraer su atención, y una vez lo logró, lanzó tres clavos a las extremidades de Madara, clavándolo a una roca en una grotesca muestra de crucifixión.
Si bien el Kaiser sobrevivió al ataque, más tarde comprendería que el atroz dolor producido por las heridas santas no se iría y estas tampoco sanarían, por lo que resolvió acabar con todo al cortarse las venas. Hiroki lo encontró en el acto, pero en vez de tratar de salvarlo, comprendió que su amigo quería morir y le ayudó a que practicara un Harakiri ritual después de prometerle que se convertiría en un padre para sus hijos.
Su funeral fue meramente simbólico y en el barco principal se incineró únicamente su katana.

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