Zacharias King

Maestro: Ezra Dougray

Subordinados: A Debido a que es uno de los soldados más implacables del infierno, generalmente se ocupa de otros batallones en las guerras o misiones.

Puesto que ocupa: General Guerrero

Habilidades: Principalmente es conocido por ser un espadachín maestro, maneja todo tipo de armas punzocortantes con una agilidad y soltura casi perfectas, como si tuviera una conexión con estas. Zach adora sus espadas y sabe utilizar de todo tipo, entre ellas las katanas, provenientes de la edad media y hachas vikingas, aunque su piezas favoritas son dos espadas que el mismo confeccionó, con las cuales asiste la mayorías de las veces al campo de batalla. Igualmente puede disolver su cuerpo y hacer que se funda con el viento, es capaz de transportarse por este medio y controlar las corrientes aéreas. Tiene el poder de cambiar el clima a su antojo e igualmente dirigir a las criaturas que habitan en ese medio. Zach percibe los sentimientos de los demás y siente el estado de ánimo de las criaturas cercanas a él, esto es un acto involuntario, se podría decir que no lo controla.

¿Quién es?

Sobre Zach no hay mucho que decir. No tiene historia trágica, ni sucesos de gran importancia en su vida. A diferencia de muchos de los demonios existentes, su estadía ha sido bastante tranquila dentro de lo que cabe. Por supuesto, se aburrió de tanta monotonía en el Infierno, por lo cual decidió acompañar a Séneca en una de las muchísimas guerras en las que él participó. Ahí se enamoró profundamente de las armas punzocortantes, y, al regresar al Infierno, buscó desesperadamente a alguien que lo instruyera en ese arte. El único que sabía hacerlo era Ezra Dougray, quien enseñaba a Antares a la par. Así, durante años aprendió a manejar espadas, cuchillos y utilizarlos en un estilo de batalla que solo el posee en el infierno. Fue gracias a su habilidad única fue admitido en la Legión de Ladrones de Almas, siendo un soldado implacable e irremplazable.


¿Qué sucedió con él?:

Simplemente, no le agrada a muchos de los Setan debido a su actitud bastante desidiosa. Su pecado capital es la pereza, por lo cual no se considera lo suficientemente efectivo para entrar en el clan, además de que la gran mayoría de las veces se deja llevar por impulsos y suele atacar a la primera provocación.


© Ramona de Rachelia.org & Source Code