La historia de lo que hoy se conoce universalmente como EIEN comienza con una colosal ambición que no encontró un alto cuando tuvo la oportunidad.
El oscuro fundamento que dio paso a la creación de la mayor Organización de Asesinos Élite que el cosmos haya conocido, nació en una aldea de clase media llamada Hebetes Caleum. Z, hijo único de una pareja de la aldea, solía recibir las salvajes burlas de sus compañeros que gustaban de destacar cada impuro detalle de Z y su familia.
Hebetes Caleum, que buscaba la independencia y bienestar de su gente, comenzó a entrenar a sus niños para que estos los representaran en una guerra. Pero Z parecía no servir para esas cosas. Con una habilidad débil y una táctica para muchos era inútil, Z se volvió retraído, frío y aislado. La frustración que le apartaba del sueño le dio el impulso que aquel niño requería para desear algo más en su vida que no fuera la mofa o el desprecio de sus conciudadanos.
Usó su poder, insignificante en aquel entonces, para robar la esencia de sus compañeros. Pronto ganó, furtivamente, los poderes de más de diez niños de su clase. Con el tiempo logró incluso a hurtar las vidas de los jóvenes en su aldea. Se convirtió en un asesino en serie a escasos once años. Disfrutó de ver los cadáveres de quienes algunas vez se burlaran de él.
Comenzó a vagar saliendo de su aldea natal y llegando a manadas vecinas con el único propósito de robar… robar los poderes y las vidas de sus habitantes.
Después de algunas semanas, Z ya tenía el poder de docenas de reinos y manadas guerreras. Llegó entonces el día en que se encontró con una ser que representó para él un entretenimiento mayor que cualquier otro que se llamaba a sí mismo un guerrero. Después de derrotarlo, en lugar de asesinarlo, Z le presentó la oportunidad de seguirlo. El otro aceptó.
Z gozaba mucho más el poder ver desde las sombras como su subordinado acababa con las vidas de gente tanto inocente como culpable. Le encantaba ver como el sadismo de su nuevo compañero desgarraba las gargantas de niños y destruía sin esfuerzo a los guerreros de cada aldea que visitaban. Después de docenas de milenios, Z había reunido un grupo de siete hombres y mujeres de un poder que, aunque no se comparaba con el suyo mismo, era impresionante.
Disfrutaba el saber que ellos hacían todo por él debido al temor que le tenían. Z tenía el cerebro y la voz de un genio que movía masas sin necesidad de amenazas. Fue entonces que a Z se le ocurrió algo más grande que un grupo de gente llena de odio y deseos de muerte.
ANBU, una organización de asesinos élite reconocida por las más grandes dimensiones y manadas. Z había asesinado a sus siete seguidores para, por mano propia, conseguir a gente realmente poderosa, cuyas mentes fueran las de un psicópata y que el deseo de matar pudiera más que su amor propio. Fue así que Z reunió a un grupo de asesinos sumamente poderosos que le seguían sin importar qué y le daban la satisfacción de asesinar en su representación. Simplemente le provocaba un deleite inexplicable. Z pasó con este grupo muchos siglos gozando del cumplimiento de su ambición.
Z llamó a su nuevo grupo de asesinos élite “ANBU”. ANBU ganó reputación de inmediato entre las más poderosas manadas guerreras y los más equipados reinos. Eran temidos por todos, y muchos solicitaban entrar a la Organización. Pero es sólo Z quien llama y escoge a los indicados, y al negarles la entrada a sus solicitantes, enviaba ese mensaje asesinándolos.
Los principios de ANBU eran, como Z deseaba, robar los secretos de aquellas manadas y reinos que tuvieran en sus entrañas alguna técnica oculta o un poder inmensurable, siempre destruyéndolas sin dejar más que un sobreviviente que contara su historia. A Z le comenzó a frustrar el hecho de que aldeas insignificantes existieran en el universo, así que ANBU también destruía aquellos lugares.
Entonces, después de muchos años de destrucción y robos de poderes que alimentaban el de Z, ocurrió lo que muchos deseaban con ansias. ANBU comenzó a destruirse.
Una de sus ex miembros, Isis Crisvector, exiliada por desobediencia, comenzó con una serie de asesinatos que terminaron con la vida de más de veinte miembros de la Organización. Así, Z decidió dejar ANBU a un lado y terminar con la locura de aquella hermosa mujer.
Pero Z no abandonaría su ambición. Después de pasados unos años, y con el nombre de ANBU aun latente en dimensiones desoladas, Z reunió a los ANBU sobrevivientes, incluyendo a la misma Isis, y reinició una Organización de Asesinos Élite, que cambiaría su nombre a EIEN. Convocó a nuevos y exageradamente poderosos seres del universo para formar parte de la Organización. EIEN destruyó a otras sectas, legiones y organizaciones que intentaron imitar su camino de destrucción. Z no toleraría principiantes.
Con un poder que en ese punto ya era infinito, Z dirigió a EIEN en un camino de crueldad y muerte, aun reuniendo un poder increíble que jamás compartirá y que alimenta su insaciable ambición.